—¿Es definitiva tu radicación en esta zona rural? —le pregunto. —No. No es definitiva, porque nunca me apegué a nada. El día de mañana tal vez me dé por echarle cuatrocientos litros de nafta a esta casa, encender todo e irme a las carcajadas, perder todo y empezar una nueva vida en un desierto de San Juan.
Ricardo Iorio
parrafo extraido de el Libro Perro Cristiano
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