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viernes, 27 de febrero de 2009

Analisis con vistas a Octubre

EL POSKIRCHNERISMO


Por Hugo Presman

La diáspora de fuerzas que respaldan al gobierno de cara a la elección parlamentaria fundamental del mes de octubre, ha llevado a que se empiece a escribir y hablar en forma persistente de poskirchnerismo.

Se observan deserciones por derecha e izquierda e intentos de la oposición de vertebrar frentes. Como dice el periodista Gerardo Fernández el gobierno quedó como pato rengo a ocho meses de la asunción, en la famosa elección en el senado de julio del 2008.

Lo que es una originalidad pocas veces dada.

Habitualmente esa figura, extraída de la política norteamericana, se da cerca del fin del mandato y nunca a pocos meses de haberlo iniciado.

Todo ello teniendo como escenario una crisis en marcha de origen interno y una internacional de una magnitud y profundidad que convierte a las anteriores conocidas en suaves brisas de primavera.

EL KIRCHNERISMO EN CONTEXTO HISTÓRICO

El peronismo surgió de la década infame.

Hizo ingresar a la Argentina en la modernidad con desarrollo capitalista, industrias y clase obrera.

Simbólicamente, desde un lugar subalterno, Perón participó en el derrocamiento de Hipólito Irigoyen, erosionado por la crisis de 1929.

El gobierno de Agustín P Justo, en forma pragmática y contra sus convicciones adoptó medidas que implicaban una participación activa del estado en defensa de los sectores que representaba.

La imposibilidad de importar dio lugar a una creciente industria liviana que reemplazaba lo que hasta entonces se importaba y el nacimiento de una clase obrera nacida de las migraciones internas.

Dos consecuencias entonces no deseadas: incipiente desarrollo industrial y fortalecimiento de la clase obrera.

Con el peronismo en el poder se aplicaron políticas activas y se reemplazó el modelo primario exportador por el de sustitución de importaciones.

Se diseñó la sociedad más equitativa y desarrollada de América Latina. Un modelo que combatía la pobreza no solo por razones equitativas sino por que era la condición necesaria para la creación de un mercado interno.

A partir de 1955, y con muy pequeñas interrupciones, se intento volver a la Argentina anterior a 1945.

Intentos notables en ese sentido fueron el de 1966 con éxitos parciales y el de 1976 que alcanzó sus objetivos.

Para demoler la peligrosidad de una Argentina moderna con industrias, clase obrera sindicalizada y vastos
sectores de clase media radicalizada se acudió al terrorismo de estado como condición necesaria para la destrucción significativa del aparato productivo.

Los muertos y el terror fueron necesarios para cumplir los propósitos incumplidos desde 1955.

El fracaso económico y militar de la dictadura establishment- militar, dejo fuera de funcionamiento a estos últimos y por lo tanto desprovisto de reaseguros a los primeros.

Como herencia de sometimiento se dejó una enorme e impagable deuda externa contraída y usufructuada por pocos pero transferida al conjunto social

Durante el gobierno de Alfonsín se usó como sustituto de las fuerzas armadas el golpe de mercado y un arma mortífera como la hiperinflación.

Al miedo inoculado durante la dictadura criminal se le sumó el trauma profundo que sobre la conciencia colectiva significó la hiperinflación.

Sobre ese terreno fértil se asentó el menemismo y su arma letal la convertibilidad como piedra angular de un modelo de apertura irracional y de rentabilidad financiera.

Todo lo que desde el punto de vista económico y social no pudo realizar la dictadura establishment- militar lo concretó el menemismo en forma activa y la Alianza en forma pasiva.

Una política de entrega y destrucción, con apoyo popular.

De 1989 al 2001 se consumó la segunda década infame que concluyó no como la primera en un movimiento militar sino con la implosión del modelo de rentabilidad financiera y la crisis terminal del 2001.

Eduardo Duhalde como Agustín P Justo tuvo que adoptar medidas pragmáticas para salvar algo en medio de un hundimiento general, iniciando a partir de una fenomenal devaluación que licuó los ingresos fijos y socializó deudas empresariales, una rápida y dolorosa salida del subsuelo con un promisorio y sostenido crecimiento.

EVALUACIÓN DEL KIRCHNERISMO

Néstor Kirchner surge como superador de la segunda década infame como Perón de la primera, habiendo sido un protagonista activo y propulsor de una de una de las privatizaciones más desdorosas como fue la de YPF.

Es el emergente de una sociedad fragmentada. Con partidos políticos implosionados.

Con una población contradictoria y desorientada que después de haber protagonizado el 19 y 20 de diciembre del 2001, votó en un 41% por dos emblemas de la segunda década infame.

El kirchnerismo es productivamente el modelo primario de los noventa con reconstitución de algunos sectores industriales.

Hay diferenciadores importantes como una participación fundamental del Estado que se convierte en un socio creciente vía retenciones en la soja y el petróleo.

Se privilegia la política sobre la economía y se realiza una importante política de derechos humanos con rasgos positivos pero sesgados.

En economía el discurso denuesta a la década del noventa y en materia de derechos humanos reivindica los ideales de la generación juvenil que militó en los setenta en forma general y acrítica.

Hasta fines del 2006 se lograron incorporar más de tres millones de personas al sistema productivo, hubo
crecimiento sostenido y a tasas pocos frecuentes, se negoció una quita importante de la deuda externa y se mejoró el perfil de los vencimientos.

Se opuso en una actitud trascendental al ALCA, se estatizó el Correo, Aerolíneas, Aguas Argentinas, los fondos de la AFJP, se liquidó la relación esclavizante con el FMI, se designó una Suprema Corte unánimente elogiada, se evitó reprimir en general la protesta social, se alineó con los nuevos aires latinoamericanos de gobiernos que con mayor o menor intensidad pretenden dejar atrás la década depredatoria de los noventa.

Como se ve hay un mix de continuidades y ruptura. Las continuidades, la base productiva del modelo, es la explicación de fondo que impide asaltar y destruir el núcleo duro de la pobreza e indigencia estructural.

Y esto en una sociedad que en los sectores medios favorecidos por el kirchnerismo no quieren saber nada con la pobreza y manifiestan su creciente malestar, muchas veces por motivos banales y con una brutalidad indigna de gente con acceso para desarrollar un pensamiento más complejo y no visceral.

En eso es interesante teorizar sobre las diferencias que el menemismo consiguió en los mismos sectores.

Buena parte de la sociedad compró un discurso que la hacía sentir ingresando al primer mundo mientras los
organismos internacionales alababan a un país que ayudaban a destruir.

La convertibilidad y su sistema de endeudamiento de la población que la ataba mortalmente al empate monetario, soldó una alianza sólida entre ideología e interés económico.

El menemismo surgió a partir de una crisis económica profunda como fue la de la hiperinflación que llevó a que la sociedad desarrollara poderosos anticuerpos inflacionarios y que estuviera dispuesta a aceptar todo a cambio de la estabilidad monetaria.

En cambio el kirchnerismo, que es la consecuencia de la peor crisis del siglo mediada por la movilización del 19 y 20 de diciembre, no ha atado la suerte social a un instrumento, lo que ha llevado que la sociedad rescatada del cataclismo económico sufre una amnesia que le permite olvidar cuando miraba hacia abajo y se abrazaba con los excluidos.

A más de un lustro de esos hechos, prefiere hacer una opción hacia arriba y en lo posible que le saquen de su mirada la pobreza de la cual se cree definitivamente alejada. Y el centro de su virulencia visceral son Néstor Kirchner y Cristina Fernández.

En síntesis: el kirchnerismo es una versión deslucida, pálida del peronismo histórico pero es por lejos lo más progresivo que se originó después de la crisis del 2001 y el que mejor interpretó el mensaje positivo de aquellos históricos días.

Son hijos, el peronismo y el kirchnerismo de las respectivas décadas infames y tienen en común dos movilizaciones populares de carácter histórico.

Otro denominador común es el odio que despiertan en los mismos sectores pero se diferencian significativamente en el fervor que despiertan en sus seguidores.

Además el peronismo construyó una estructura que lo sobrevivió largamente a su fundador.

El kirchnerismo, como en su momento el menemismo, difícilmente sobreviva a su pérdida del gobierno.

Hoy un 65 o 70 % apuesta a encontrar alternativas en el poskirchnerismo, un terreno árido donde se intenta volver al pasado en medio de un mundo que se derrumba por haber aplicado un fundamentalismo neoliberal que hace temblar al planeta.

EL POSKIRCHNERISMO

Mezcla rara de revolución libertadora y menemismo, con eje de reagrupamiento en la Comisión de Enlace, los dos frentes opositores pretenden superar al kirchnerismo apostando al prekirchnerismo.

Felipe Solá cree hacer su juego pero el gran favorecido es su tercer socio Mauricio Macri, que es el intento que la Argentina sea gestionada directamente por el establishment sin intermediarios, con la participación como inversionista de otro empresario Francisco De Narváez.

Una tendencia que exteriorizan los integrantes de la Comisión de Enlace de convertirse en dirigentes políticos como lo expresó sin eufemismos el brutal Hugo Biolcati cuando en el acto de Leones expresó: -Llevamos dos generaciones dejando el espacio de la política a los que consideramos que eran de otra clase. Debemos ocupar ese espacio y no dejarlo en manos de marginales.

Detrás de este frente se mueve el ex presidente Eduardo Duhalde, un exitoso constructor de fracasos.

En el otro frente integrado por la Coalición Cívica de Elisa Carrió, una reencarnación de la Revolución Libertadora, con la presencia de los radicales sobrevivientes de un partido centenario vaciado, con radicales
sueltos fracasados que vuelven al redil como Ricardo López Murphy y alguna fracción de socialistas que de tales solo tienen usurpado el nombre.

La propuesta es volver al Fondo Monetario, alejarse de América Latina, hacer políticas agropecuarias dictadas por la Comisión de Enlace.

En el frente PROperonista, la palabra ajuste está en la boca de De Narváez.

Puede asegurarse con pocos errores, que propondrían la vuelta al orden, la represión como método, el alineamiento con EE.UU, y una vuelta a la economía irrestricta de mercado, las privatizaciones como nave insignia y el goteo como política distributiva.

Esta es la posibilidad más concreta de encarnar desde el justicialismo macrista al poskirchnerismo.

Es muy interesante observar como todos se envuelven, desde Duhalde a Elisa Carrio, desde el rabino Bergman al periodismo puro de Castro y Leuco, desde Mariano Grondona a Hugo Biolcati- en la bandera republicana.

Hoy esa categoría política ha sido vaciada de sus aspectos positivos por esta fauna de distinto pelaje y es el envoltorio de viejo axioma sarmientino de civilización y barbarie.

Los republicanos son hoy los civilizadores que estigmatizan como barbarie cualquier atisbo popular.

Dejando de lado la izquierda pintoresca y pirotécnica, algunos de cuyas siglas como el PCR y el MST son la izquierda de la Sociedad Rural, está el Proyecto Sur con gente valiosa y con críticas correctas a la insuficiencia y limitaciones del modelo kirchnerista.

Pero como en el caso de la resolución 125 terminan siendo, más allá de sus intenciones, funcionales a los que arrasarán con lo positivo que se ha concretado.

El historiador Norberto Galasso lo ha expresado con precisión: *nota de ducka Cita lo expresado por galasso en polemica el enemigo principal posteado acá *

Han vuelto a aparecer las aves de rapiña que convirtieron a la Argentina en un fantasma, y vienen por lo que queda sobre un gobierno que pierde sangre y en cuya construcción política no hizo aliados sino futuros adversarios.

Los buitres vuelan en círculos cada vez más cercanos.

Ahí están los gurúes económicos, infalibles para el error, en realidad gestores de negocios como Broda, Melconián, Cachanovsky, Espert, De Pablo.

Codo a codo la Comisión de Enlace Agropecuaria, sectores industriales ciegos, vastos sectores de clase media nostálgicos del 1 a 1 y referenciados en lo interno con las clases altas y en lo externo con EE.UU.

Y en lugar de las fuerzas armadas el ejército mediático que va desde Morales Solá a Kirschbaum, de Grondona a Fontevecchia, de Magdalena Ruiz Guiñazú a Alfredo Leuco.

El kirchnerismo es torpe, inmaduro, contradictorio, con fuertes bolsones de corrupción. Con desprolijidades obscenas. Con insistente juego para la tribuna. Futbolísticamente inclinado al fulbito más que al fútbol. Con un
autismo creciente y un disciplinamiento interno que convierte a los colaboradores en funcionarios obedientes y mudos.

Ese es el cuadro de situación en medio de un cataclismo económico universal.

Con todas sus enormes limitaciones y claudicaciones, el kirchnerismo ha dado varios pasos para dejar atrás la segunda década infame.

El poskirchnerismo actual no es una superación de esas limitaciones sino un retroceso hacia lo peor del pasado.

Hacia la tercera década infame.

El hombre hace la historia, decía Marx, pero no en las condiciones elegidas por él.

En estas condiciones, y en medio de un escenario internacional imprevisible, nos encaminamos hacia el remoto octubre.


FUENTE

EL viejo arte de pinchar y pinchar


La CIA ( no la cámara inmobiliaria argentina que también conspira sino la que verdaderamente gobierna los EEUU) volvió a escena con un informe que alerta al presidente Obama sobre los alcances de la crisis en Latinoamerica.

De acuerdo al diario "The Washington Post", el director de la CIA, León Panetta, señaló ayer en una rueda de prensa que "en reuniones privadas" funcionarios de "inteligencia latinoamericanos advirtieron a sus colegas estadounidenses sobre una crisis que se está extendiendo en todas partes del hemisferio, en particular en la Argentina, Ecuador y Venezuela".
Poco serio lo que hicieron? se sabe , pero este informe lo que alerta en realidad es, que la vieja política del norte a vuelve a mostrar los dientes y busca los fines de siempre, desestabilizar.

Mi amigo Roberto Scano Fumo me dijo allá por noviembre que la crisis en realidad no es tal, sino que es una politica. La misma consiste en frenar el ascenso de las economías en expansión (léase China, India, Brasil, Rusia) que durante los últimos años demostraron una gran adaptabilidad y ser mas eficientes que los países desarrollados moviendose con el capital; y esto es algo que los grandes no pudieron tolerar ni contrarrestar. Entonces para corregir esto es necesario una jugada fuerte, patear el tablero, inventar nuevas reglas , no importa que sean absurdas o vayan en contra de lo que se predicaba, lo que importa es frenar a los países en ascenso y esto solo se logra con 2 cosas: una buena mentira y una buena pistola, mejor dicho el Dolar y la U.S. Army.

Polemica el enemigo principal

Publicado en Página 12 / Martes 24 de Febrero, 2009-. OPINIÓN.

Por NORBERTO GALASSO.

EL ENEMIGO PRINCIPAL (POLÉMICA)

En Página /12 del 17 de febrero último, el cro. Brunati se suma a la polémica que venimos desarrollando acerca de si Proyecto SUR debe atacar frontalmente y con todo furor al gobierno considerándolo el enemigo principal, como lo está haciendo (Pino dice: “Kirchner es perverso”, “traidor”, “el gobierno es antinacional y antipopular”, “Scalabrini Ortiz y Jauretche habrían visto con simpatía esta protesta rural, “Scalabrini no estaría en Carta Abierta”, etc.) o si, en cambio, corresponde una crítica lateral, reconociendo aciertos –empujando, para profundizarlos- y señalando errores. Aquí reside el aspecto central de la discusión: quién es el enemigo principal, que ahora retoma Brunati.
Le contesto: Lea el cro. Luis el diario “La Nación”, mire los noticiosos de TN, observe la perversidad de la casi totalidad del periodismo televisivo y la opinión de la casi totalidad de la dirigencia que aparece en “los medios” -ferozmente opositora al gobierno- y se convencerá de que no puede coincidir con ellos. López Murphy, Carrió, Escribano, Grondona, La Mesa de Enlace Agropecuaria, Longobardi y tantos otros saben bien quién es “el enemigo principal de ellos” y en este momento, le apuntan agresivamente, con burlas y saña, al kirchnerismo. Por tanto, Luis, éste no puede ser, al mismo tiempo, el enemigo principal de Proyecto Sur.
Esta gente antinacional y antipopular pretendió “desgastar” al gobierno, quiso voltearlo con un cacerolazo, logró debilitarlo con sus cortes de ruta, se apropió del cerebro de gran parte de los sectores medios reverdeciendo el gorilismo, apelando al racismo “anticabecita”, al machismo -inclusive al ‘machismo de las mujeres’- ensañándose con Cristina y ahora intenta organizar algo parecido a la Unión Democrática, aunque en dos alas. Una, la liberal oligárquica de Carrió -UCR en declinación conservadora, traidores como Cobos y hombres de paja del Imperio como “el bulldog”, con el aporte de la hija de Pepe Estensoro y la prepotencia aristocrática de una Bullrich Luro Pueyrredón, renegada de sus osadías juveniles. La otra, la monstruosa degeneración de un sector del peronismo, que retoma la línea menemista-duhaldista, con millonarios como Narváez, oportunistas como Solá y el fantasma del viejo Pinedo resurrecto en su nieto. Todos ellos, juntos o separados, se esmeran por bajar el telón sobre la experiencia de Néstor y Cristina. A su vez, Fidel, Chávez, Lula, Evo y Correa no quieren que esto ocurra porque consideran a la pareja como compañeros del hundimiento del ALCA y de la necesaria reunificación de América Latina con Banco del Sur, moneda latinoamericana y comité de defensa ante cualquier prepotencia imperialista.
De esto no hay duda alguna. Vos me decís en tu artículo que también son enemigos Bunge y Born, Urquía, la Aceitera General Deheza, Monsanto, etc. ¡qué duda cabe!. Solo que el diputado de Proyecto Sur votó a favor de esos intereses sojeros contra la resolución 125 con el alborozo de “La Nación”, “Clarín”, “Perfil” y otros (lo menos que cabía era abstenerse). También mencionás a otros que, esos sí, hacen buenos negocios como las grandes empresas mineras y petroleras. No eludí este tema -como me criticás por mi nota anterior- ni lo eludo ahora. Digo que hay “amigos del poder”, efectivamente, como también los hay en todos los movimientos que algunos catedráticos llaman despectivamente “populistas”, inclusive en el peronismo del 45. Pero esos negocios no alcanzan para confundir los campos. Son suficientes sí, para señalar, compromisos, contradicciones, concesiones del gobierno. Por eso hay que empujarlo, movilizando al pueblo, para que profundice su política y adopte medidas audaces en esas áreas hoy sujetas al saqueo. Pero no podés caracterizar al gobierno solamente por esta cuestión, como ocurría con radicales y nacionalistas que conspiraban contra Perón diciendo que entregaba el petróleo o no había nacionalizado la CADE. . También te puedo recordar que Perón, seguramente a disgusto, llevó al balcón de la Rosada al asesino de Sandino. ¿Esta actitud tan criticable invalidaba las nacionalizaciones, el no ingreso al FMI, el más del 50% de la participación de los trabajadores en el ingreso y tantas otras cosas positivas? Evidentemente, no. Había que hacerse el distraído si se estaba dentro del peronismo o criticarlo lateralmente, sin dejar de reconocer el carácter nacional y popular del gobierno, si se estaba en la izquierda nacional (porque de la otra izquierda mejor no hablar). Fue también una concesión cuando el General encarceló a los exilados guatemaltecos del gobierno de Arbenz derrocado por los yanquis De esta desgraciada medida algunos sacaron la conclusión de que el gobierno era pro imperialista, lo recuerdo. Así actuó gente honesta, con grandes ilusiones y quimeras. Lenin también los soportó y los calificó como “el izquierdismo, enfermedad infantil del comunismo”. Como vos sabés, colaboraron para que llegaran los Rojas y Aramburu, quienes liberaron a los guatemaltecos, pero fusilaron a los trabajadores peronistas y dictaron el 4161 y todo lo demás.
En mi anterior artículo decía que me sorprende que compañeros de larga lucha en el peronismo no comprendan las vacilaciones de los gobiernos policlasistas, que también las tuvo el peronismo, aún en sus mejores momentos (Actas de Chapultepec, ¿te acordás?) También me sorprende que omitan los avances de este gobierno y algo tan caro al peronismo como son los derechos de los trabajadores. Porque ahora no sólo hubo disminución de la desocupación y recupero de las paritarias, sino que desde la comisión parlamentaria de legislación laboral presidida por H. Recalde se recuperaron conquistas que el menemismo había destruido (sextuplicación del salario mínimo, vital y móvil, suspensión de despidos sin causa, derogación de la ley Banelco, prohibición de uso de banderas extranjeras en los buques para eludir la legislación laboral argentina, limitación a 8 hs de la jornada para peones rurales, modificación de la ley de pasantías, el “dubio pro operario” en juicios laborales, jueces laborales en materia de quiebras, etc.). Y esto no lo promueve “el enemigo principal” sino el Frente para la Victoria.
Es correcto que Proyecto Sur critique, pero, por favor, no desde el campo del enemigo, no desde “La Nación y “Perfil”, ni en los programas de los periodistas del Imperio, que se solazan escuchando las críticas. Elogien lo elogiable y critiquen lo criticable, pero con sumo cuidado para no ser funcionales a la reacción. Crezcan, desarróllense, si pueden, cabalgando junto a lo mejor del gobierno y cuando deban votar, no le den pasto al enemigo.
También ha salido al ruedo, por correo electrónico, otro dirigente y amigo Mario Mazitelli quien señala que la política del imperio es ‘la alternancia”. Según él, el imperialismo deja hacer al centroizquierda hoy, después en 2011 vendrá la centroderecha y así sucesivamente mientras Proyecto Sur -sostiene un militante honesto como Mario- construye el partido “para hacer la revolución social”. Este supuesto poder inmenso de los sectores dominantes previendo varios gobiernos y manejando a su gusto a todos los argentinos -menos a Proyecto Sur- me sorprende porque se sustenta en categorías liberales, como centroizquierda o centroderecha, que utilizan Morales Solá y sus congéneres. Creo, en cambio, que hay una cuestión nacional que divide a la sociedad en antiimperialistas y proimperialistas y una cuestión social que la divide en explotadores y explotados. Del ensamble de ambas cuestiones nace un proyecto de Liberación Nacional en marcha hacia el socialismo.
Pero esta polémica no la voy a seguir por dos motivos. La primera, porque la egolatría es mala consejera. Y esto de que la plana mayor de Proyecto Sur (solo faltás vos, Carlitos del Frade y espero que no lo hagas) se prodigue en discutir conmigo puede provocarme cierta vanidad y apartarme de aquello que aconsejaba Scalabrini: “ser uno cualquiera que sabe que es uno cualquiera”. La segunda porque aparecen quienes rebajan el nivel de la discusión como un tal José Luis que por correo electrónico intenta descalificarme tratándome benévolamente de “anciano”. Como se comprende, a los 72, no estoy para coqueterías, pero si la calificación viene de Proyecto Sur les advierto que si yo soy anciano, Pino es seis meses más anciano que yo.Pero no es así, Pino, vos y yo sabemos que no somos viejos. Ocurre simplemente -como decía Jauretche- que hace muchos años que somos jóvenes y mantenemos la juventud suficiente para polemizar acerca del destino de esta América Latina que insoslayablemente va hacia la unidad y al socialismo. Y, por mi parte, bajo el telón sobre esta polémica en la certeza de que tarde o temprano, las duras luchas por la liberación nacional y social nos encontrarán a todos nosotros, otra vez juntos, en la misma vereda de siempre

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